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El jefe de la ONU critica la limpieza étnica en Myanmar

13 Septiembre 2017

António Guterres exhorta a las autoridades birmanas a que detengan las operaciones militares contra la minoría musulmana de los rohingya

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha exhortado a las autoridades de Myanmar (antigua Birmania) que detengan las operaciones militares contra la minoría musulmana de los rohingyas. El portugués considera, incluso, que no hay una palabra que defina mejor su expulsión forzada que la de la limpieza étnica aunque él no pronunció esa expresión. La situación humanitaria en Bangladés, a donde han llegado en poco más de dos semanas casi 380.000 rohingyas es “catastrófica” y pide que se permita la ayuda a estos desplazados.

Guterres teme que la crisis tenga efectos desestabilizadores en toda la región. La situación en Bangladés, un país pobre y superpoblado, es “extrema”, alertó este miércoles. El ataque a civiles, insistió, es “completamente inaceptable”. El jefe de la ONU se refirió a la situación de esta minoría en la rueda de prensa previa a la reunión de la Asamblea General, que empieza el próximo martes.

Pese a su condena, Guterres fue cuidadoso con las palabras al ser preguntado si consideraba estas atrocidades como un caso de limpieza étnica. “Le voy a responder con una pregunta”, contestó: “Cuando un tercio de la población rohingya debe huir del país, ¿podría usted encontrar una palabra que lo describa mejor?”. Guterres respondió que no es momento de perderse en la terminología, al ser indagado si es un genocidio. “Hay que pararla ya”, reiteró.

La ofensiva militar criticada por Guterres fue lanzada por Birmania en represalia por un ataque simultáneo contra varias comisarías, en el que el brazo armado de los rohingyas mató, el pasado 25 de agosto, a una decena de agentes.

La líder del Gobierno birmano y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, anunció este miércoles a través de un portavoz que anula su viaje a Nueva York para intervenir la semana que viene en la Asamblea General de la ONU. Permanecerá en su país para “gestionar la ayuda humanitaria” y “las preocupaciones de seguridad”, detalló. También anunció que la que fue símbolo de la lucha de su patria a favor de la democracia dará un discurso televisado el día 19 “a favor de la paz y la reconciliación”.

El portavoz precisó que al menos 176 de los 471 pueblos habitados por los rohingya (musulmanes) en el oeste de la mayoritariamente budista Birmania están vacíos después de que “todo el pueblo huyera”.

El portugués, anterior responsable de la Agencia de los Refugiados de la ONU, lleva dos semanas alertando sobre las consecuencias humanas de la crisis en Myanmar. Ya dirigió días atrás una carta formal al Consejo de Seguridad en la que trataba de llamar la atención, para que se incluyeran urgentemente en las deliberaciones del órgano que vela por la paz y la seguridad mundial. Es un paso inusual para el secretario general del organismo.

El comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, calificó la víspera de “brutal” la operación militar contra los rohingya y consideró que es “un ejemplo de libro de limpieza étnica”. Los representantes birmanos en la ONU rechazan la acusación en estos términos y aseguran que nunca tolerarán estas atrocidades.

Guterres explicó que estuvo en contacto varias veces con Aung San Suu Kyi, líder de facto de Myanmar. La premio Nobel de la paz aseguró la semana pasada que en esta crisis había una notable desinformación.

Ayuda a los civiles

El secretario general de la ONU no sólo urgió a una suspensión de las acciones militares, a detener la violencia y a proteger el Estado de derecho. También pidió a las autoridades birmanas que permitan la ayuda humanitaria, para poder atender a los civiles.

El jefe de la ONU también se mostró a favor de establecer un plan de acción que permita atajar la raíz del problema, empezando por el reconocimiento el estatus legal de esta minoría discriminada hace décadas y buena parte de la cual son apátridas que viven en Birmania desde hace generaciones.

Suu Kyi no tiene control sobre los militares pese a ser la líder civil. El Consejo de Seguridad abordó este miércoles por primera vez la crisis, en una sesión a puerta cerrada. El embajador de Reino Unido, Jonathan Allen, se limitó a decir que están discutiendo la situación para poder formular una respuesta adecuada. Evitaba así precisar si habrá una resolución de condena.