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El Consejo de Seguridad limita las importaciones de petróleo a Corea del Norte

12 Septiembre 2017

La nueva resolución adoptada tras la última prueba nuclear impone un embargo al gas natural y el textil

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas acordó ampliar las sanciones contra Corea del Norte taponando sus importaciones de petróleo, para tratar de poner freno a su programa nuclear y balístico. El voto fue unánime. La intención inicial de Estados Unidos era imponer un embargo total e incluir en la lista negra a su líder Kim Jong-un, buscando congelar sus activos. La solución final bloquea el comercio de productos textiles y de gas natural.

La resolución adoptada pone un techo al volumen de petróleo que Corea del Norte puede importar, tomando como referencia el nivel actual de los intercambios. También limita los productos refinados. Es decir, en la práctica se busca aplicar un embargo “progresivo” que se irá modulando, en lugar de un bloqueo total e inmediato. China es prácticamente el único país que le suministra energía.

También se suaviza en el texto final la parte referida a los ingresos que generan para el régimen los trabajadores expatriados. La resolución final incluye, sin embargo, un embargo sobre el gas natural licuado y condensado. El Consejo de Seguridad ya restringió en agosto las importaciones de carbón, hierro y mariscos. Ahora añade a Pak Yong Sik a la lista negra, por ayudar a dirigir la industria balística.

Las medidas adoptadas, según EE UU, recortará los ingresos de Corea del Norte en 800 millones de dólares anuales con el embargo a las exportaciones de textil. Washington calcula, en paralelo, que los expatriados aportan 500 millones al régimen con su sueldo. También indica que se reducirá un 30% el petróleo que se provee a Corea del Norte y un 55% en el caso de los productos refinados.

Nikki Haley, la embajadora de EE UU, recordó que Corea del Norte violó todas las resoluciones adoptadas. “No les importa la comunidad internacional ni su propia población”, dijo, “las medidas a media no funcionan”. Explicó que el objetivo de esta sanciones buscan evitar que el régimen siga “alimentando” su programa nuclear. La diplomática “apreció” el esfuerzo hecho China.

El embajador británico Matthew Rycroft admite que el texto no es al final tan potente como buscaba inicialmente EE UU pero considera la resolución igualmente “muy robusta”. “Es el precio que hay que pagar en cualquier negociación para conseguir el voto favorables de los miembros del Consejo de Seguridad”, justificó. Se trataba así de evitar el bloqueo de China y Rusia, que tienen poder de veto.

Pekín y Moscú mantuvieron el suspense hasta el último minuto. La resolución se sometió a votación pasada solo una semana desde la reunión de emergencia celebrada en respuesta a la última prueba nuclear, la sexta y más potente hasta la fecha. Pyongyang, a través de su Ministerio de Exteriores, advertía horas antes de la sesión que Washington pagaría el “debido precio” si se aprobaba la resolución.

Estabilidad

El borrador inicial contemplaba también sancionar al Partido de los Trabajadores y a la aerolínea de bandera. Eliminados los puntos más espinosos, la delegación china consideró que la fórmula puesta sobre la mesa permite preservar la unidad del Consejo de Seguridad en un momento clave. El objetivo, insiste el representante chino, es “garantizar la estabilidad en la península coreana”.

Hasta la fecha se habían adoptado ocho resoluciones desde 2006, en las que se fue incrementando gradualmente las sanciones a Corea del Norte por su continuo desafío a la comunidad internacional. La Administración de Donald Trump considera que llegó el momento de forzar la mano, porque las medidas a medias no funcionaron. Pero la realidad en el seno de la ONU es mucho más compleja.

La resolución adoptada incluye, por tanto, nuevas medidas para elevar la presión contra el régimen, buscando que acepte resolver la crisis de una manera negociada. Las sanciones económicas contra Corea del Norte adoptadas en agosto deben aún aplicarse en su integridad, para que sean efectivas. La canciller alemana, Angela Merkel, ha propuesto un formato similar al que llevó al pacto con Irán.