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La penetración de la yihad en Líbano

16 Junio 2017

EL PAÍS acompaña a las fuerzas armadas que luchan para expulsar a 1.650 milicianos apostados en su frontera con Siria

Ha sido una mañana tranquila en el frente que las Fuerzas Armadas Libanesas (FAL) mantienen contra los muyahidines del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) y de Fatá Al Sham (antigua filial siria de Al Qaeda). Llegados de Siria, los yihadistas se adentraron en este pedazo de tierra pedregosa del norte libanés en agosto de 2014. Desde entonces, han conseguido asentar sus posiciones y arrastrar a las tropas libanesas a una guerra de desgaste que se ha cobrado ya la vida de 76 soldados y herido a más de 400. EL PAÍS ha acompañado a una patrulla del Ejército libanés a lo largo de las posiciones que mantiene en la frontera con Siria. “En esta zona de la frontera combatimos a Fatá Al Sham. Más arriba, lo hacemos contra el ISIS”, dice, señalando al horizonte, el coronel al mando de Tin al Faqeh, situado a 20 kilómetros del límite este con Siria.

Desde lo alto de una colina se divisa una rocosa cordillera salpicada de canteras y unos pocos parches verdes de cerezos y albaricoques. Los yihadistas operan en una franja de territorio de unos 50 kilómetros de largo —de una frontera compartida en 375 kilómetros— por 30 de ancho, según el Ejército libanés.

Desde este punto se ve Wadi Hemeid, última posición de las FAL a solo 500 metros de la guarida de los yihadistas de Fatá Al Sham. “Cada noche intentan avanzar, cada noche repelemos los ataques”, explica el pasado martes el coronel —al que no se identifica, como al resto de militares, por exigencias de seguridad—. Este mando cifra en 650 los combatientes de la exfilial de Al Qaeda y en un millar los del ISIS.