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La oposición turca inicia una larga marcha a pie para exigir justicia

15 Junio 2017


El jefe del partido socialdemócrata, Kemal Kiliçdaroglu, lidera la protesta después de que uno de sus diputados fuese condenado a 25 años de cárcel

Inicio de la marcha por la justicia (palabra que se lee en las pancartas de los manifestantes) convocada por el partido opositor CHP y que se inició hoy en Ankara. ADEM ALTAN AFP
El jefe de la oposición turca, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, de 68 años, inició este jueves una larga marcha a pie (431 kilómetros) entre la capital del país, Ankara, y Estambul para exigir justicia y reclamar la liberación de los numerosos políticos y periodistas presos. Actualmente 167 trabajadores de los medios de comunicación se encuentran entre rejas en Turquía, así como más de una decena de diputados, incluidos Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdag, líderes de la tercera formación en el hemiciclo, el Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP, prokurdo).

La gota que ha colmado el vaso de la paciencia de la oposición ha sido la sentencia de cárcel emitida este miércoles contra Enis Berberoglu, parlamentario del Partido Republicano del Pueblo (CHP), que dirige Kiliçdaroglu. En un contexto en el que el sistema judicial está cada vez más controlado por el poder Ejecutivo, Berberoglu fue despojado de por vida de sus derechos políticos y condenado a cadena perpetua —aunque el tribunal inmediatamente redujo la sentencia a 25 años de prisión— bajo la acusación de “revelación de secretos de Estado”, “espionaje político y militar” y “ayudar a organización terrorista” por haber filtrado a la prensa vídeos sobre un envío de armas a grupos rebeldes —probablemente yihadistas— en Siria. Dichos vídeos fueron publicados por el diario Cumhuriyet en 2015 y su entonces director, Can Dündar (hoy exiliado en Alemania), y el corresponsal en Ankara, Erdem Gül, están siendo juzgados en el mismo proceso. Tanto Berberoglu, que en el pasado ejerció como periodista y director del diario Hürriyet, como el resto de implicados defienden su derecho a publicar dicha información pues probaría que el Gobierno turco violó sus propias leyes —armar a una facción en un conflicto en el extranjero sin permiso del Parlamento— y la legislación internacional, ya que Siria está sometida a un embargo internacional de armas.