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Las ‘sectas del hambre’ en Congo: las iglesias protestantes que agravan la malnutrición

24 Mayo 2017

La prohibiciones de iglesias fundamentalistas protestantes agravan la lacra de la malnutrición en la región de Kivu Norte del Congo, una de las más pobres y conflictivas

Durante toda una semana, Antoinette* caminó con su hija Sarah a la espalda hasta llegar al centro de salud de Kibabi, en Kivu Norte, esa región oriental de Congo plagada aún de grupos armados, el legado de las dos guerras que sacudieron el país africano entre 1996 y 2003. Esta madre de 25 años tuvo que tragarse su miedo cuando cargó a su hija y emprendió sola un trayecto de 60 kilómetros por pistas rurales del territorio de Masisi, donde acechan milicianos y bandidos. Lo hizo pidiendo a la gente de las aldeas que les dieran cobijo de noche a ella y a su niña, que ahora yace sobre una cama de hospital. Sarah está muy enferma. Cuesta creer que tiene cinco años: parece un bebé. Su talla y su peso son los de una niña de dos años, un retraso que le debe a la malnutrición aguda severa que padece. Su madre decidió arriesgarse a atravesar sola la región cuando vio que la niña tenía siempre los pies muy hinchados. Un síntoma de lo que los expertos llaman edema nutricional. La marca del hambre pertinaz.
La cría no se tiene en pie, y cuando la enfermera intenta incorporarla sobre sus piernas de piel y hueso rompe a llorar desconsolada mientras Antoinette trata de calmarla. Esta madre que obviamente quiere a su hija dice, sin embargo, que “nunca le daría carne”. Ni carne, ni leche, ni pescado, ni huevos, nada de origen animal. “Todos los animales están contaminados”, afirma, y luego explica que su iglesia “lo prohíbe”: “Si pruebas la carne, no entras en el paraíso”.