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El fantasma del racismo recorre Francia

20 Avril 2017


La amenaza de un atentado durante el fin de la campaña electoral ha puesto de relieve una cuestión cada vez más polémica y dolorosa en Francia. Y lo ha hecho porque durante los dos últimos años el Frente Nacional ha salido reforzado tras cada ataque en suelo francés, gracias a sus políticas de repliegue total y cierre de fronteras, el establecimiento de cuotas con un máximo de acogida de 10.000 inmigrantes legales por año y la cuestión identitaria, con la derecha republicana y la extrema derecha reivindicando a pleno pulmón la defensa de las raíces cristianas en un país cada vez más intolerante con todas las religiones.

“Uno de los desafíos del próximo quinquenato será separar la cuestión de la inmigración del terrorismo”, analiza François Gemenne, investigador de cuestiones migratorias en Sciences Po. “Las fronteras se han convertido en un asunto de crispación que el próximo presidente deberá confirmar o reemplazar por una política que salga de la retórica del repliegue”, añade.

En Francia, un 57% de la población estima que hay demasiados inmigrantes en el país. Entre ellos, la cuestión es una preocupación principal para el electorado del FN: cerca de un 80% de sus votantes se deciden en base a la cuestión migratoria, por delante de otros desafíos nacionales como la seguridad o la economía. De ahí que la defensa de lo que el FN llama la “prioridad nacional”, ocupe la mayor parte de sus mitines.