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La esperanza comercial de la Unión Europea

22 Marzo 2017

Bruselas busca cerrar un acuerdo de libre comercio este año con Tokio ante el proteccionismo de EEUU. Las negociaciones “están en una etapa decisiva”, pero quedan flecos por atar

El pasado fin de semana, la ciudad termal de Baden Baden fue testigo de una situación insólita. La delegación estadounidense exigió hacer desaparecer una frase del texto de conclusiones del G20: “Resistir a todas las formas de proteccionismo”. Y lo logró, pese a la fuerte resistencia de Francia y, quién lo hubiera dicho hace no tanto, China. Lo que puede parecer una anécdota es en realidad una declaración de intenciones. Con la llegada de Donald Trump al poder, Estados Unidos se retira de la primera línea de defensa del libre comercio. El TTIP se queda en barbecho. Y la Unión Europea ha comprendido que tiene que actuar.

La visita este martes del primer ministro japonés, Shinzo Abe, a Bruselas es un paso más en esa dirección. El objetivo: impulsar las negociaciones del Acuerdo de Libre Comercio y el acuerdo de asociación estratégica que ambas partes negocian en paralelo. La UE y Japón se encuentran entre las cuatro mayores economías del mundo -juntas suman un tercio del PIB mundial-, por lo que la apertura recíprocas de mercados podría suponer un importante impulso para ambas economías. Pero el acuerdo va más allá de los números, ya que supone también apostar por una filosofía, la del librecambismo, en un momento en el que crecen las llamadas al proteccionismo. “Creemos que este acuerdo es necesario, necesario porque creemos en un comercio libre, justo y basado en reglas. Y vamos a seguir mirando hacia fuera, hacia el mundo, en lugar de regresar al aislacionismo”, ha asegurado el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en presencia de Abe.