General

El coste humano de la hipocresía europea sobre Libia

15 Marzo 2017


Cuando vio barcos a lo lejos, Issa supo que viviría. Era julio de 2014 y había pasado horas en el mar, aferrado a un bidón de gasolina de plástico, mientras mujeres, hombres, niños y niñas se ahogaban a su alrededor. La pequeña embarcación de goma que se suponía que los iba a llevar a todos a Italia se había hundido sólo dos horas después de partir de la costa libia. De las 137 personas que, según afirma Issa, iban a bordo, sólo sobrevivieron 49.

A Issa, de Burkina Faso, no lo rescató un barco que pasaba, sino que lo recogió la guardia costera libia. En lugar de llevarlo a un puerto seguro en Italia, como él esperaba, lo devolvieron a Libia, donde lo entregaron a la policía. Según su relato, estuvo encerrado durante meses en condiciones terribles mientras era golpeado regularmente por policías que le pedían dinero a cambio de su liberación. 

“Me ataban las manos a la espalda”, cuenta. “Estaba tumbado en el suelo boca abajo, y me golpeaban en la espalda con un cinturón y con cables eléctricos.” 

Sólo cuando la familia de Issa logró reunir 625.000 francos CFA (unas 900 libras esterlinas), fue finalmente puesto en libertad.

En septiembre del año pasado trató de llegar a Italia de nuevo pero, después de tres días en el mar, la embarcación en la que viajaba arribó de vuelta a la costa libia. “Nos detuvieron a nuestra llegada y nos llevaron a una cárcel en Trípoli, y dos semanas después nos trasladaron a la ciudad de Sabha. Supimos que los traficantes nos habían vendido.” Tras un mes de cautiverio, él y otros consiguieron escapar. “Nuestros secuestradores dispararon contra algunos. No sé si alguien murió”, cuenta.