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El cáncer no se puede curar en Gaza

10 Febrero 2017

Enfermos de cáncer de la Franja ven truncada su esperanza de curación ante la negativa de Israel de darles el permiso para poder tratarse en los hospitales de Jerusalén y Cisjordania



Hay una fiesta en Gaza. Decenas de mujeres cantan y aplauden en el salón principal de la Asociación de Ayuda y Esperanza para el Cuidado de Pacientes y Sobrevivientes del Cáncer. Han formado un corro con sillas y han dejado en el centro, como gran estrella, a Ziham Tatary. De pie y con un ramo de flores entre las manos, agradece las muestras de cariño. Se emociona y rompe a llorar cuando Imán Shanán, la directora, le coloca una diadema rosa que la distingue como una ‘vencedora’. Así llaman en esta humilde organización a las mujeres que regresan a la Franja tras haber recibido tratamiento fuera de Gaza, algo cada vez más complicado debido a las dificultades para lograr los permisos que necesitan los enfermos para cruzar el paso de Erez, el único camino de salida hacia los hospitales en Jerusalén Este, Cisjordania o Israel, donde ofrecen todos los tratamientos necesarios en Oncología, muchos de ellos imposibles de encontrar en Gaza.

«Aunque no estoy bien, es un momento de felicidad porque soy motivo de esperanza para los demás. Logré el permiso después de cuatro intentos fallidos y debido a la tardanza el tumor ha empeorado y tengo metástasis en los ganglios linfáticos. He pasado 21 días en el Hospital Augusta Victoria de Jerusalén y los médicos me han dado una nueva cita para dentro de tres meses. pero no será sencillo volver», lamenta Tatary con lágrimas en los ojos. Mitad emocionada, mitad impotente ante el muro que suponen los permisos. «Tardar en el tratamiento significa enfrentarse a más complicaciones. Entre que no hay medios en Gaza y que tampoco nos dejan salir. nos condenan a una muerte lenta», denuncia esta enferma de 43 años con una energía, una mirada y un tono de voz que levantan a todas las presentes de sus sillas.

Shanán, directora de la asociación, no aparta la mirada de Tatary. Ella sobrevivió a un tumor de mama en 1999. Este es el cáncer más común entre mujeres de Gaza, el de colon entre los hombres. «Los enfermos de cáncer en Gaza nos merecemos vivir y por eso pedimos a la comunidad internacional que presione a Israel para que abra la frontera en estos casos; de lo contrario estamos condenados a una sentencia de muerte premeditada», suplica Shanán. Las protestas que organizan cada semana y sus apariciones en la prensa para criticar la situación le han costado a ella misma el veto de Israel, por lo que tampoco puede salir de la Franja.