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Una mano amiga inesperada: una ONG judía ayuda a refugiados musulmanes en Austria

19 Enero 2017

Una pequeña ONG judía se vuelca con los peticionarios de asilo musulmanes. Más allá de recelos, tratan de ayudarles porque saben cómo se sienten. “Somos hijos y nietos de refugiados”, aseguran


Shalom Alaikum. Parece un juego de palabras construido a modo de provocación. Tratar de entremezclar las fórmulas de saludo de judíos y musulmanes. Dos religiones históricamente enfrentadas por décadas de conflicto en Oriente Medio. Pero no es así. Sino todo lo contrario. Shalom Alaikum (“Paz” en hebreo y “sea contigo” en árabe”) es el nombre de una pequeña ONG austriaca, formada principalmente por mujeres judías, para ayudar a instalarse en Viena a los miles de peticionarios de asilo, en su mayoría musulmanes, que han llegado al país con la crisis de los refugiados.
El nombre se le ocurrió a Ronni Nadler, uno de los fundadores de la ONG. Su amiga Golda Schlaff acababa de plantearle la idea de asociarse para hacer algo ante la avalancha de peticionarios de asilo que estaban llegando a su país con intención de cruzar hasta Alemania. Schlaff, judía observante de las que no coge el teléfono durante el Sabbat, creía que era su obligación ayudar al prójimo en necesidad. ¿Y quién más necesitado que aquellas personas que llegaban con lo puesto, después de caminar cientos de kilómetros, desde países destrozados como Siria, Irak y Afganistán?

Eso fue en agosto de 2015. Durante el período más intenso de la avalancha de refugiados que recorrió la Ruta de los Balcanes, la mayor desde la II Guerra Mundial. Cuando llegaban varios miles de personas al día a la frontera austriaca. Ahora, año y medio después, Shalom Alaikum se ocupa, junto a un equipo de trabajadores sociales del Ayuntamiento de Viena, de un albergue de acogida junto al Danubio en el que viven unos cien refugiados. Son 21 familias, de Afganistán, Siria e Irak, principalmente. El Ministerio austriaco de Asuntos Exteriores e Integración acaba de otorgarles el Premio al Logro Intercultural.
Burocracia, boleras y Janucá
Los voluntarios judíos tratan de ayudar a los refugiados a dar sus primeros pasos en un ambiente extraño. “Nuestro objetivo es lograr que su comienzo aquí sea lo más llevadero posible. Y que se sientan bienvenidos”, asegura Miriam Tenner, otra de la iniciadoras de la ONG, en una entrevista a la European Jewish Magazine. Ayudan en el papeleo administrativo, consiguen apoyo legal y recolectan ropa y muebles de segunda mano. Pero van mucho más allá. También organizan tardes en la bolera y visitas a museos, gracias a sus contactos en la capital austriaca. También celebran fiestas conjuntamente, ya sea Janucá, la fiesta judía de las luces, o el final del Ramadán, el mes del ayuno musulmán.