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Camilo Torres, teatro de la violencia y memoria colectiva

por Sergio Segura, Redacción ProMosaik América Latina

Para los 50 años de la memoria de Camilo Torres Restrepo y del Teatro La Candelaria, el 6 de julio de 2015 se lanzó ‘Camilo’, la esperada obra de teatro dirigida por la dramaturga Patricia Ariza. La directora, los actores y el público intercambiaron impresiones en su momento.

Escenas conmovedoras, recreadas con danza, tango, música en vivo y coreografías, fueron los componentes de ‘Camilo’, una obra de teatro que va más allá de los aspectos biográficos de la vida del histórico sacerdote, sociólogo y guerrillero colombiano. Dentro esta obra lograda por el grupo Creación Colectiva, los 13 actores del elenco dieron cuenta de las principales preocupaciones sociales de Camilo, pasando por la problematización de sus tensiones ideológicas con la Iglesia y la estigmatización de sus convicciones por parte de los poderes eclesiales.

Además de contar con el aporte trascendental de su directora, quien conoció personalmente a Camilo, la obra tuvo un riguroso estudio donde se integraron investigaciones, documentos históricos y conversatorios con algunos conocidos de Camilo, para lograr interpretar con integralidad las diferentes etapas de la vida del personaje principal. La obra, que llevó más de un año de preparación, estuvo del 8 al 18 de julio en cartelera en dicho teatro.

Camilo Torres Restrepo, precursor de la sociología y el cristianismo revolucionario en Colombia, es uno de los luchadores sociales más recordados del país; no obstante, la “historia oficial” no ha hecho lo propio, pues teme que la sociedad se contagie de su legado que defiende a los pobres, construye unidad popular y se rebela radicalmente contra el orden establecido. Como lo manifestó su directora, “es un acto de justicia por la memoria de Camilo”.

Durante el conversatorio con los estudiantes que coparon el teatro, quedó evidenciado el furor y cariño que aún persiste por la vida de Camilo y lo que significa para un pueblo “su ejemplo como humano y revolucionario”. El 15 de febrero de 1966, Camilo, luego de haberse unido a la guerrilla para “resistir al imperialismo y combatir por la liberación nacional”, fue asesinado por un soldado en medio de una emboscada. Hoy los ‘camilistas’, amigos y familiares, siguen exigiéndole al Estado la verdad sobre lo sucedido con su cuerpo y la devolución de los restos.