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Colombia: tres razones para revocar al alcalde de Bogotá


Desde que el alcalde Enrique Peñalosa tomó posesión de su cargo, no ha habido un solo día en que el mandatario por causa de sus acciones o declaraciones deje clara la pésima gestión de su administración y el evidente servilismo a los intereses económicos del gran capital.

Para Enrique Peñalosa los pobres son solo parte del paisaje y lo hacen ver feo, eso era bien sabido desde que el político nacido en Washington lanzó su campaña a la alcaldía de Bogotá con la intención de volver al puesto del cual salió con una de las peores reputaciones que haya tenido un alcalde en la ciudad. Lo cierto es que Peñalosa ganó las elecciones y no se ha demorado en evidenciar que no solo es una visión estética lo que pone en juego; además promueve políticas contra la ciudadanía en general y a favor de mega negocios del sector de la construcción que entre otras cosas allanan el camino a la presidencia de Germán Vargas Lleras. Identificamos al menos tres puntos críticos de esta administración: la privatización de empresas públicas, la movilidad y el daño ambiental.

De empresas públicas a meganegocios

Hasta el momento y por lo que se ve venir, la alcaldía de Peñalosa está marcada por una oleada privatizadora de empresas públicas. Por ejemplo, es bien conocida la polémica por la aprobación en el Plan Distrital de Desarrollo de enajenar la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá -ETB- y la más reciente noticia, la aprobación en el Concejo de la capital del Proyecto de Acuerdo 472 de 2016 que autoriza vender el 20% de las acciones de la Empresa de Energía de Bogotá -EEB- haciendo que la ciudad y por lo tanto la ciudadanía quede apenas con el 56% de la participación accionaria.

revopenaLos anteriores dos casos son ejemplos claros del descarado robo a la ciudadanía donde se venden empresas públicas que son rentables, que dejan ganancias económicas y sociales a la ciudad por montos que dan risa (o angustia) para financiar en infraestructura que a la final termina beneficiando al sector de la construcción -principal aportante en la campaña a la alcaldía de Peñalosa- y con claros nexos con el partido Cambio Radical y las aspiraciones del hoy vicepresidente Vargas Lleras.

Al drama de la privatización se le añade la masacre laboral que han sufrido más de 15.000 contratistas de prestación de servicios del distrito, a quienes no se les renovaron contratos so pretexto del recorte presupuestal de las entidades, lo que entre otras cosas implica también el cierre de importantes proyectos de impacto social y comunitario.

Movilidad: colapso inminente

Otro de los temas importantes que evidencian los intereses del alcalde Peñalosa es el asunto de la movilidad, donde preocupa particularmente la construcción del metro subterráneo para la ciudad que ya cuenta con estudios de carácter técnico.

transmiPeñalosa ha señalado que la primera línea del metro debe ser elevado, decisión bastante polémica teniendo presente que este modelo conlleva, según expertos, problemas de seguridad, desvalorización de los predios cercanos, altos costos de mantenimiento y otros problemas técnicos y sociales. Los ajustes que requieren los estudios técnicos para el cambio que hará el alcalde le costarán a la ciudadanía $23.000 millones de pesos, lo cual hace más palpable el detrimento patrimonial que le está causando a los bogotanos considerando que ya se habían aportado $130.000 millones de pesos por los estudios para diseño del metro subterráneo. A esto se suma la medida de seguir haciendo troncales con los buses BTR más conocidos como Transmilenio, sistema ineficiente para resolver los problemas de movilidad y que ha beneficiado a unas cuantas familias que se lucran con el negocio de la operación de los articulados.

Peñalosa: mano firme contra el medio ambiente

Por último nos referiremos al impacto ambiental negativo que le espera a la ciudad de materializarse el Plan de Desarrollo. La discusión sobre la urbanización de la reserva Van Der Hammen en el norte de la ciudad ha sido conocida por las desatinadas declaraciones del alcalde que evidencian su interés por la ganancia a todo costo, inclusive pasando por encima de la vida que existe en los ecosistemas protegidos.

Ha generado incertidumbre la posible reactivación de algunas prácticas de minería en el sur y oriente de la ciudad que perjudican gravemente no solo el equilibrio ambiental sino además la salud de las comunidades asentadas cerca de las canteras o ladrilleras. A esto le podemos añadir los planes de construcción de vivienda, mobiliario y la Avenida Longitudinal -ALO- en el occidente de la ciudad con la respectiva afectación a humedales y cuerpos de agua (incluyendo el río Bogotá); la negativa a escuchar a las comunidades de Usme y Ciudad Bolívar que exigen el cierre definitivo del botadero de basura Doña Juana por el impacto ambiental y de salud que ha causado en toda la cuenca del río Tunjuelo. En definitiva, un desastre ambiental que va en contravía del bienestar en la ciudad cuando planteó que se debía ordenar el territorio con relación al agua.

Podemos anotar como conclusión que las políticas de la actual administración se han enmarcado en un modelo de ciudad que busca efectivamente -como lo prometió el eslogan de campaña- “Recuperar Bogotá” para los intereses del gran capital, favorecer a los grupos empresariales que financiaron su campaña; dejando como consecuencia una ciudad que prioriza la expansión urbana por encima de las necesidades de las comunidades y de la armonía con la naturaleza.

Iniciativas ciudadanas para el proceso revocatorio

Centrándonos en los tres puntos críticos aquí expuestos podemos decir que hay razones suficientes para promover un escenario de revocatoria del mandato de Enrique Peñalosa, para lo cual algunos sectores venimos proponiendo algunas tareas sobre las cuales podemos articularnos como ciudadanía:

Veeduría y denuncia ciudadana: No basta con saber que pasa en los medios, hay que ir al detalle de las diferentes secretarías y alcaldías locales.

Lectura de ciudad y pedagogía en los barrios: Es necesario para todos los bogotanos entender de manera profunda y a la vez sencilla los puntos más problemáticos de la actual administración. Urge dotarnos de elementos comunicativos y pedagógicos claros y contundentes.

Movilización y visibilización de la inconformidad: Salir a las calles en defensa de lo público, por justicia ambiental, por un sistema de transporte digno para la ciudad. Esto requiere incluso cortar flujos del capital estratégicos como Transmilenio o zonas de ingreso de mercancías.

Preparar los mecanismos jurídicos y desde el 2 de enero de 2017 comenzar el proceso revocatorio al alcalde Peñalosa. Ya se proponen algunos espacios de encuentro ciudadano para hacer esto.

Defender la idea de que la Paz en las ciudades solo se materializa con transformaciones profundas en el modelo de ciudad y poner a andar un Gran Diálogo en la Ciudad a favor de condiciones que nos permitan disfrutar de tan anhelado sueño y derecho.