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Armas a cambio de antigüedades: el nuevo negocio de la mafia italiana con el ISIS

25 Octubre 2016

La mafia calabresa entrega armas al ISIS a cambio de piezas arqueológicas robadas que desde Sirte, en Libia, llegan hasta el puerto de Gioia Tauro. Habla el periodista que lo ha descubierto

“A la ‘Ndrangheta le motiva el ‘business’, por eso no ha de llamar la atención que hayan entablado negocios con una organización como el Estado Islámico”. Domenico Quirico, periodista y enviado especial del diario ‘La Stampa’, vivió hace unos meses un episodio agridulce para un informador: alguien llamó a su puerta, confiándole una exclusiva de peso: la poderosa mafia calabresa estaba entregándole armas al ISIS, a cambio de piezas arqueológicas robadas que, desde los muelles de Sirte (Libia), llegaban hasta el puerto de Gioia Tauro. Es decir, precisamente en esa región del sur de Italia, Reggio Calabria, que es feudo de la ‘Ndrangheta.
Con esa exclusiva en la mano, Quirico -un informador veterano, especializado en Oriente medio y cuyo nombre se hizo conocido a nivel internacional después de que fuese secuestrado en Siria en 2013-, decidió comprobarlo ‘in situ’.  Se hizo pasar por un comprador y, meses después, logró que le concertasen un encuentro con un ndranghetista en la ciudadela de Vietri sul Mare, en la turística Costa Amalfitana. Así acabó en una especie de matadero, el lugar elegido por el criminal -perteneciente a un clan de la ciudad calabresa de Lamezia Terme- para mostrarle las mercancías al que creía un rico coleccionista turinés: estatuas, urnas funerarias, ánforas y otras vasijas provenientes mayoritariamente de las ruinas arqueológicas de las ciudades romanas de Leptis Magna, Cirene y Sabratha, localizadas en la Libia actual.

“Todos son objetos obtenidos del ISIS a cambios de armas vendidas por la ‘Ndrangheta, en su mayoría ametralladoras Kalashnikov y lanzacohetes antitanque portátiles RPG (de fabricación soviética)”, dice a El Confidencial Quirico, quien finalmente publicó su reportaje en el diario en el que trabaja. “También me dijeron que tenían otras piezas, más valiosas y provenientes de otros países de Oriente Medio, pero que para esas tenía que ir hasta Gioia Tauro y que eso era más peligroso”, puntualiza. “Por una estatua me pidieron 60.000 euros; por otra pieza, de la Antigua Grecia, me dijeron que valía 1 millón de euros, pero que me la podían dejar por 800.000 euros. También me aseguraron que para la compraventa podía traer a un arqueólogo, para probar su autenticidad”.

Acto seguido, el 17 de octubre la fiscalía de Salerno, en Campania -la región donde nació otra mafia, la Camorra-, abrió un sumario bajo la hipótesis de delito de “tráfico con finalidades terroristas y la intermediación de asociaciones mafiosas”. Algo que puso en marcha una investigación que ahora está en manos de los carabineros y los agentes especializados de la Unidad de Patrimonio de la policía de Nápoles, al tiempo que se produjo la reacción del propio ministro de Interior de Italia, Angelino Alfano. “El papel de las organizaciones criminales (italianas) está siendo investigado también por las unidades de antiterrorismo y los servicios de inteligencia”, dijo Alfano, al subrayar que “se sabe que la venta de obras de arte robadas es un elemento del PIB del terror”. De confirmarse judicialmente, sería la primera vez que se conoce que las mafias italianas tienen negocios con el ISIS.
En realidad, ya lo había sugerido hace un año el fiscal de Reggio Calabria, Federico Cafiero De Raho, quien había contado en una entrevista que su oficina mantenía abiertas algunas investigaciones para comprobar si algunos extranjeros, presentes en Italia, llevaban a cabo tráfico de antigüedades con el ISIS u otras organizaciones terroristas. “Mantenemos la atención alta”, indicó entonces De Raho. “Seguramente ahora empezaremos por (el puerto de) Gioia Tauro”, ha afirmado ahora el fiscal, tras conocerse las nuevas informaciones sobre el uso del puerto calabrés como un punto de trapicheo de las actividades delictivas entre el grupo terrorista y la ‘Ndrangheta.

Según Maurizio Simoncelli, cofundador del Instituto de Investigaciones Internacionales ‘Archivo desarme’ -uno de los principales organismos especializados en comercio de armas en Italia-, en efecto, el caso es inquietante pero no sorprendente. “La ‘Ndrangheta es una organización que tiene la capacidad logística para llevar adelante un tráfico de este tipo, Italia goza de una posición geográfica muy particular y no es la primera vez que el puerto de Gioia Tauro está bajo sospecha”, explica a El Confidencial, puntualizando que “en años pasados, cargamentos ilegales de armas, secuestrados en Gioia Tauro, acabaron en manos de grupos (armados) en Libia pero luego Italia impuso el secreto de Estado sobre el asunto”.
“Aunque tampoco hay que olvidar que en los últimos años ha desaparecido un tercio del arsenal ucraniano y que los países productores de armas no son muchos”, añade. En efecto, en la lista de los principales productores de armamento están, en primera línea, Estados Unidos, Rusia, China, Alemania, Francia, Reino Unido, Ucrania, España y también Italia, según datos del International Peace Research Institute de Estocolmo (Sipri). Otros investigadores han señalado que el control de los puertos mediterráneos es todavía un asunto delicado, por la dificultad que existe en inspeccionar las enormes cantidades de mercancías que llegan diariamente.
¿Cuántas armas ha entregado al ISIS?
Así y todo, otra gran incógnita que de momento no ha sido despejada -ni por la policía ni por los observadores- es cuántas armas la Ndrangheta le habría entregado ya al Estado Islámico. Y si estos negocios se han llevado de manera sistemática también con los otros grupos presentes en Libia desde que cayó Muammar Gadafi (2011), o con los que actúan en otros países en guerra, como Siria o Irak. “Es difícil saberlo pues incluso los pocos organismos que investigan sobre el tráfico ilegal de armas tienen enormes dificultades en conseguir datos definitivos”, cuenta Simoncelli, en referencia a un proyecto del Research Centre on Transnational Crime, institución que está trabajando a un mapa sobre estos tráficos. “De lo que no hay duda -añade Quirico- es que una operación como la que presencié no la lleva adelante un individuo en solitario, sino que ha requerido la movilización de la estructura de la ‘Ndrangheta”.

La compraventa de obras de arte robadas es un trabajo bien remunerado, lo cual explica la actuación de una mafia como la ‘Ndrangheta, que posee estructuras similares a la de una empresa corriente. Según estimaciones de Interpol y de la agencia Unesco, el tráfico de antigüedades y obras de arte genera cifras semejantes a las del comercio ilegal de armas o de drogas. Un negocio, por tanto, enorme que engrosaría los patrimonios de la ‘Ndrangheta y de la Camorra, organizaciones que han demostrado saber blanquear como pocos enormes sumas, llevándolas desde los bajos fondos de la ilegalidad hasta los circuitos de la economía corriente.
Por otra parte, hace tiempo que se denuncia que el Estado Islámico utiliza la venta de piezas arqueológicas como fuente de financiación. “Unas 100.000 piezas de gran importancia cultural para todo el mundo están en (en zonas) controladas por el Estado Islámico”, escribió el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vitaly Churkin, al estimar que ese negocio le aportaría al ISIS entre 150 y 200 millones al año. Ya en 2015, medios como The Washington Post, The Guardian o The Independent (con un artículo de Robert Fisk) publicaron que algunas piezas robadas por el ISIS fueron posteriormente vendidas en Londres y Nueva York. “Hay piezas sirias e iraquíes, robadas por el ISIS, que ya están en Europa. No siguen en Turquía, adonde primero llegaron (…) después de que destruyeran los templos donde se hallaban”, señaló la arqueóloga Joanne Farchakh a Fisk. En los últimos meses, a EEUU y Europa también se habrían sumado Rusia y Asia como destinos de estas piezas, algo que se produjo después de una investigación del FBI estadounidense en el que se alertó de que el dinero fruto de las transacciones acababa en manos del Estado Islámico y otros grupos que están involucrados en conflictos en Oriente Medio.
Otros incluso han implicado en el transporte de las piezas a barcos de China, país que recientemente ha aumentado su presencia en el Mediterráneo. Y hay quien dice que Turquía es uno de los estados desde donde zarpan muchos de estos navíos. No obstante, ninguna de estas circunstancias ha sido probada con certeza aún, algo que podría cambiar si la investigación que se ha abierto en Italia consigue información certera sobre el asunto.