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La ONU reclama una investigación internacional sobre la violación de derechos humanos en Yemen

26 Agosto, 2016

La escasez de agua y los ataques a infraestructuras civiles agravan la situación de más de 3 millones de desplazados internos en el país

MADRID // La guerra civil en Yemen ya ha obligado a desplazarse a más tres millones de personas, lo que supone más del 10% de la población. La escasez de agua y combustible, así como los ataques a centros sanitarios  y a instalaciones civiles como mercados, almacenes de alimentos y colegios agravan la situación de la población en el país. Precisamente ayer, un nuevo bombardeo de la coalición encabezada por Arabia Saudí contra un mercado dejó al menos ocho personas muertas y a otras siete heridas que se suman a las miles que ya han fallecido desde marzo de 2015, cuando Arabia Saudí lanzó una campaña militar de bombardeos aéreos contra los rebeldes hutíes. Según la ONU y otras organizaciones de derechos humanos, el balance de víctimas mortales supera las 9.000.

La ONU y la organización Human Rights Watch exigieron ayer una investigación internacional sobre las violaciones de derechos humanos que se están comitiendo en Yemen desde marzo de 2015, y que sus responsables sean perseguidos judicialmente. Asimismo, un informe de las Naciones Unidas, publicado el 19 de agosto, señala que 3.154.572 personas han abandonado sus casas desde el comienzo del conflicto en 2015. De ellos, sólo algo más de 900.000 han retornado, por lo que aún quedan más de dos millones de refugiados internos. El informe cita el acceso a necesidades básicas como alimento, vivienda y agua como las amenazas más acuciantes para los desplazados yemeníes. Otras violaciones de derechos denunciadas por la ONU son los arrestros arbitrarios, el reclutamiento forzado de niños-soldado, los arrestos arbitraros y los asesinatos selectivos.

Escasez de agua

Yemen es uno de los países más secos del mundo. Según datos del Banco Mundial, tan sólo recibe 162 litros por metro cuadrado de lluvia de media al año (la cuarta parte que España). “El agua en Yemen está en el subsuelo, y las bombas necesarias para extraerla necesitan combustible, así que la falta de petróleo ha supuesto una situación trágica”, explicó a La Marea Juan Prieto, el coordinador de Médicos Sin Fronteras en el país. La ONU también cifra en 7,6 millones los yemeníes que sufren malnutrición.

A la escasez de combustible se suma ahora la necesidad de compartir un bien vital muy escaso. “Esa gente vivía en su casa, con sus pozos, con sus bombas de agua, y ahora están en condiciones de desplazamiento, lo cual significa que los recursos acuíferos se tienen que compartir. En la mayoría de los casos no llegan a quien más vulnerable está”, añadió Prieto. Según la ONU, 7.6 millones de yemeníes sufren malnutrición.

Ataques a infraestructuras civiles

La semana pasada, Médicos Sin Fronteras anunció la evacuación de su personal de los hospitales que apoyaba en el norte de Yemen. La decisión se tomó tras el bombardeo del centro sanitario de Abs por parte de la coalición liderada por Arabia Saudí, que acabó con la vida de 19 personas.

Juan Prieto explicó que los centros de salud no son los únicos objetivos de los bombardeos y los combates de tierra: “Hablamos de mercados, hablamos de hospitales, hablamos de colegios, así como reuniones del día a día de población. Todo el mundo está con bastante miedo a que ese tipo de concentraciones sean atacadas”.

La evacuación de Médicos Sin Fronteras deja a la población del norte de Yemen sin asistencia sanitaria. El coordinador de la ONG explicó que se cerrarán centros de maternidad “donde nacían alrededor de 100 niños a la semana”, así como centros de urgencias, quirófanos y centros de apoyo psicosocial”. Prieto aseguró que su organización seguiría trabajando en la capital, Sana’a, y el sur del país, y que apoyaría al Ministerio de Salud yemení si éste decide mantener los hospitales septentrionales activos.