General

Un libro infantil presenta a los niños alemanes la verdadera historia de los refugiados sirios

Este artículo de Lucy Martirosyan apareció originalmente en PRI.org el 20 de junio de 2016. Traducido por Valeria Karina Orquera.

Créditos: Jan Birck



En este momento hay más de 65 millones de personas desplazadas por
los conflictos en el mundo, alcanzando un nivel récord nunca antes
registrado. La mitad de estos refugiados son niños.



Alemania ha recibido más de un millón de refugiados, mayormente
procedentes de Siria e Iraq. A pesar de que en un principio las medidas
de la Canciller Angela Merkel fueron bien recibidas, muchos alemanes han
comenzado a expresar su preocupación sobre cuándo finalizará la aceptación de inmigrantes.



Pero mientras los adultos en Alemania han reaccionado de manera
diversa respecto a los refugiados, la escritora alemana Kirsten Boie
quiere que al menos los niños se den cuenta de que un niño refugiado es
igual a cualquier otro chico del mundo.

En su libro infantil más reciente, “Todo estará bien” (“Bestimmt wird alles gut” en alemán),
la autora cuenta la historia verdadera de una niña llamada Rahaf y su
familia, quienes huyeron de Homs (Siria) debido a un bombardeo llevado a
cabo por aviones de guerra. Esta familia cruza el mar Mediterráneo en
un pequeño bote, y finalmente elige un pequeño pueblo cerca de Hamburgo,
Alemania, para empezar sus nuevas vidas.



El libro fue publicado en alemán y árabe, y pretende ser leído tanto
por nativos alemanes como por sus nuevos vecinos inmigrantes. También
hay disponible una traducción en idioma inglés que puede leerse en línea aquí.



“Hay cientos de miles de personas que no sólo le dan la bienvenida a
los refugiados, sino que además los apoyan fuertemente, dedican mucho de
su tiempo en enseñarles el idioma, los acompañan al médico o a
presentarse frente a autoridades, etcétera. Por otro lado, hay algunas
personas que están totalmente en contra de los refugiados,” dice
Boie. “Los niños están en algún lugar intermedio donde influye la
información que reciben — bueno,  algunos padres hablarán mal sobre los
refugiados, otros dirán algo distinto. Por eso pensé que contar la
historia de una familia genuina brindaría la oportunidad de que ellos
aprendan cómo es la situación.”


Créditos: Jan Birck


Durante el último año, Boie ha estado en contacto con familias de
refugiados, y dice al respecto que ella podría haber elegido contar una
historia más “dramática” — una que hubiese incluido más pérdidas,
violencia y dolor — pero decidió narrar una más bien “ordinaria”. Espera
que esto posibilite que chicos alemanes puedan identificarse más
fácilmente con niños refugiados.

Mientras Boie trabajaba en el libro se reunió con Rahaf y su hermano
Hassan (los cuales no son sus verdaderos nombres), y también con la
madre de ambos. En vez de hablar de manera directa sobre la guerra y
violencia, los niños rememoraron su casa, amigos y primos que tuvieron
que dejar atrás. Finalmente su mamá, hablándoles en árabe, los animó a
contar las atrocidades de la guerra de las que fueron testigos, explica
Boie.



Boie continúa en contacto con Rahaf y Hassan — incluso van al cine juntos — pero no tiene planeado trabajar en una secuela.

“Hice todo lo posible para que nadie pueda identificar a los niños.
Incluso cambié sus nombres — de hecho, los cambiaron ellos mismos. Ellos
fueron los que me dijeron cómo querían ser llamados en la historia.”
cuenta Boie.


En lecturas llevadas a cabo por Boie, algunos jóvenes lectores se
preocupan por el bienestar de Rahaf y Hassan. Los niños han comenzado
incluso a empatizar con ellos.


“Pienso que los niños tienen la mente muy, muy abierta. Cuando
escuchan lo que estos niños han tenido que pasar quieren saber ‘¿Podemos
ayudarlos? ¿Cómo podemos hacerlo? ¿Cómo podemos hacer que su vida sea
más fácil?’” dice Boie.



“Unos contrabandistas del Mediterráneo roban el equipaje de los dos
niños sirios en un momento de esta historia. Dentro del equipaje se
encontraba una muñeca de la niña, y ella se pone muy triste por haber
perdido su muñeca de esa manera. Los chicos que escuchan la historia en
este punto siempre comienzan a preguntar ‘¿Pudo recuperar su muñeca?’,
pienso que la razón de esto es que pueden imaginar que algo así les
ocurra; en cambio las bombas, combates y noches en el Mediterráneo… no
pueden imaginar que les pase eso a ellos.”



Boie, quien ha escrito más de 60 libros para niños y adolescentes,
cree que las historias ayudan a la gente joven a entender qué está
sucediendo en el mundo.

“Pienso que las historias hacen que los niños entiendan con más
facilidad las cosas, en comparación al conocimiento teórico. Para mí
esta es la chance que tenemos,” dice Boie.